El sendero n. 2, más conocido como Sendero Azul, es uno de los recorridos peatonales más apreciados de toda la península, ya sea porque no presenta particulares dificultades, que por las vistas panorámicas que regala a los miles de caminantes que lo recorren en cualquier estación del año. Se trata de un itinerario ya existente en la Edad Media (excepto el segmento que coincide con la Vía del Amor, que se remonta al S. XX), durante siglos única vía de comunicación entre los habitantes del litoral. Del Sendero Azul también parten decenas de caminos de herradura que llegan hasta la cresta, dibujando una entramadísima tela de araña de itinerarios a través de murallas de piedra, pequeños centros habitados y Santuarios. Aunque se pueda recorrer todo el sendero en un solo día, para poder acoger mejor el espíritu de las Cinco Tierras se aconseja fraccionarlo en varias etapas.

Al salir de la estación de trenes de Monterosso se coge a la izquierda la carretera que lleva al pueblo viejo. Desde la plaza central del pueblo se sube hacia el hotel Porto Roca, desde ahí empieza una empinada escalinata en el medio de huertos cultivados de limones (el verdadero origen del Sendero Azul) que lleva al caminante a la cima. Desde aquí en adelante el camino de herradura se transforma en un recorrido caracterizado por muchas subidas y bajadas en el medio de olivos, viñedos, lechos de torrentes, caseríos y terrazas. El sendero, a veces estrecho y poco facilitado por los muchos pequeños derrumbes que sufre de vez en cuando, continúa por un cierto tramo sobre una especie de falsa llanura, para luego descender gradualmente hacia el mar, hasta que, después de haber superado Costa Linaro y Costa Mesorano, dos crestas secundarias, y después de haber bordeado el cementerio, termina delante de la farmacia de Vernazza.

Desde el puerto de Vernazza se sube por una “arpaia”, la típica escalinata del pueblo, hacia la medieval torrecilla de avistamiento que domina la aldea, en donde comienza el Sendero Azul. El itinerario se retoma en medio de una vegetación llena de agaves y de higos chumbos, bordeando formaciones geológicas en las que se pueden observar estratos y formaciones de millones de años. Desde aquí se continúa hasta llegar a Prevo, un pequeño núcleo habitado formado por una docena de casas de colores, para luego continuar por el sendero. Se superan antiguos puentecillos que superan pequeños cursos de agua, como el Río de la Groppa, y se bordean huertos y cultivos a menudo abandonados, hasta cruzarse con la carretera provincial que lleva al centro histórico de Corniglia, a través de una calle estrecha que pasa por detrás del centro habitado y por delante de la iglesia de San Pietro.

Desde Corniglia se coge la Scala Lardarina, una escalinata de 33 tramos que llega a la estación de trenes por debajo de la cual comienza el terraplén que hace un tiempo hospedaba la vieja estación con un único binario y en donde hasta hace unos años había numerosos bungalows, que más tarde fueron destruidos por un incendio. Desde aquí se continúa hasta encontrar el verdadero sendero que corre paralelo al Spiaggione que está abajo. Después de haber superado una larga pedrera, originada por un derrumbe que hizo que el sendero ya no fuese transitable, se pasa por delante de una capilla que representa a la Virgen, para luego bajar, después de haber bordeado el cementerio de Manarola que posee unos versos de Cardarelli escritos con letras cubitales en la pared, hasta la marina del pueblo. Se sube hacia el centro histórico y se coge, a la derecha, un túnel que desemboca en la estación de trenes.

Detrás de la estación de Manarola se sube por una escalera que lleva al Sendero Azul que aquí coincide con la Vía del Amor, el célebre itinerario excavado en la roca, construido entre las guerras mundiales durante la excavación de los túneles de ferrocarril entre Manarola y Riomaggiore y entre Riomaggiore y La Spezia. La obra, surgida por la necesidad de realizar depósitos de explosivos lejos del centro habitado, en seguida se hizo famosa en todo el mundo gracias a su posición panorámica a pico sobre el mar que sugería impagables momentos románticos. El recorrido, después de un breve tramo bajo un pórtico artificial, ofrece al caminante la vista de una amplia variedad de plantas exóticas, como el agave y el higo chumbo, además de interesantes formaciones geológicas de varios estratos. El paseo termina delante de la estación de trenes de Riomaggiore.